A pesar de la derrota ante Estados Unidos, Argentina se mostró mas firme

El seleccionado argentino  de básquet perdió (86-81) con Estados Unidos en Barcelona, donde mostró pasajes de muy buen nivel frente al máximo candidato a lograr el oro olímpico en Londres 2012. A diferencia de lo que ocurrió el viernes ante España, hoy el equipo de Lamas tuvo muy en claro lo que quería hacer en cada rincón de la cancha. Por eso se fue aplaudido.

Cuatro triples al hilo de Estados Unidos, cuando todavía no se jugaban dos minutos y 12 segundos del primer cuarto. Sí, un calco de lo que sufrió Argentina el viernes frente a España. Esta vez, el Dream Team puso sobre la cancha toda su puntería ante un rival que volvió a arrancar con el "freno de mano" puesto. ¿Se venía otra actuación para el olvido como la del viernes? Eso parecía, pero no fue así ni por asomo.

Kobe Bryant siguió impecable, no obstante, en ese primer cuarto a puro gol de los estadounidenses. Cada intento era un nuevo dolor de cabeza para los argentinos, quienes _en desventaja_ apuraron sus ataques y empezaron a probar de media distancia sin un plan de juego definido. Más por la obligación que por otra cosa y esto, lógicamente, lo llevó a acumular sucesivos errores. Eso, se sabe, ante un adversario con tantos pergaminos, es poner la cabeza en la guillotina.

El Dream Team, vale aclararlo, en el comienzo no fue sólo "show en ataque". Se cerró muy bien atrás y obligó a que Argentina buscará distintas variantes para poder entrar. Manu, bien acompañado por Scola y también por Delfino, de a poco se fue soltando y así encontró los espacios necesarios para desequilibrar, o al menos intentarlo, al máximo candidato al oro en los próximos Juegos Olímpicos.

Una buena para el equipo argentino: Scola se mostró mucho más activo. Le hizo frente a los grandotes estadounidenses y fue protagonista habitual de ambos tableros. Nada despreciable, por cierto, como prueba de cara a lo que viene.

Argentina se llevó la sensación que necesitaba, muy distinta a la del viernes. Hoy, fundamentalmente en el segundo cuarto, se acordó que puede hacerle frente a cualquiera. Como en las épocas doradas.