El seleccionado argentino de básquet no jugó bien ante su
par español, que le ganó con contundencia (105-85) en el marco de la
preparación de ambos para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. El equipo de
Lamas tuvo un arranque muy flojo y sobre el final mejoró algo, pero en general
no logró complicar, salvó escasos minutos del último cuarto, a un rival
claramente superior.
Sin posibilidad de
entrarle a una defensa "muy cerrada", Argentina trató de probar desde
el perímetro. Y rápido encontró un triple frontal de Prigioni. Igual, no
alcanzó ni para hacer sombra, porque la furia española se sintió en cada ataque
que encontraba a contrapie a la defensa visitante. A nadie sorprendió,
entonces, que en menos de cinco minutos la diferencia entre ambos llegara a los
doce puntos. Mucho, sin dudas, para dos equipos relativamente parejos.
Desde el banco argentino, Lamas pedía "calma" y
también el urgente "manejo de pelota" en un primer cuarto de puro
descontrol. Y la verdad, Argentina no tenía una cosa ni la otra. Para colmo,
España seguía con la mano caliente. No sólo dominaba los dos tableros, sino
también sus lanzadores externos metían de todos lados. Así, la ventaja crecía y
crecía. Ni el propio público local, que deliraba a puro "ole" en las
tribunas, imaginaba semejante "paliza" en ese tramo del partido.
Cinco triples de 10 intentos marcaron, en ese cuarto inicial (33-13), la
efectividad de una España en altísimo nivel, frente a una Argentina
desequilibrada.
En la recta final del partido, todo fue un "poco más
normal". Delfino, por ejemplo, se lució con dos triples seguidos, justo
antes de terminar el tercer cuarto, que marcaba en el tanteador: 83 a 67.
En el cierre, a
medida que Argentina levantaba, el juego se hizo mucho más
"conversado" y también "friccionado". Mucho nervio, mucho
choque, mientras los de Lamas acortaban las distancias. Ya no era paliza ni
mucho menos. Pero no hubo forma de impedir una derrota tan inobjetable como
contundente.
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