La alegría
era inmensa, inocultable, con una sonrisa que le desbordaba su cara, ni bien
fue anunciado como el ganador de la pelea ante Chouaib Boulodinats. El
argentino bajó del ring y expresó esa felicidad con gritos que permitieron
terminar de liberar el estrés que siempre genera un debut olímpico en los Juegos
Olímpicos de Londres 2012.
“Me tengo fe”,
admitió Peralta, única esperanza argentina en boxeo, tras la eliminación de
Alberto Melián, en declaraciones a Terra.
“Antes de subir al ring, de arrancar, iba moviéndome
un poco porque me parecía divertido todo lo que estaba viviendo. Cuando salí
rumbo al ring me iba riendo porque me pareció gracioso ver tanta gente, muchas
luces. Me puso contento todo eso”, reveló.
Peralta no solo dominó al argelino sino que también
hubo una actuación en la que pudo cumplir lo que estaba planeado. “La idea era
atacar con la zurda y luego retroceder para evitar los latigazos que él tiraba,
que eran siempre peligrosos”, contó.
“Me parece que salió todo mejor de lo que
esperaba. En el tercer round estuve bien, me moví más rápido de piernas, que
fue lo que practicamos en la pretemporada. La verdad es que estoy contento por
todo lo que hicimos”, agregó.
La próxima estación en el sueño de Peralta por
lograr una medalla será el próximo 5 de agosto frente al búlgaro Tervel Pulev.
Para el pupilo de Sarvelio Fuentes, todavía es tiempo de festejar, y en ese
sentido hubo una dedicatoria especial:
“Quiero agradecerle a la familia Melián,
que se comunicaron conmigo y desde lejos me estuvieron apoyando”.
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